Tras años de sufrimiento, genocidios, redadas, persecuciones, esterilizaciones forzosas…, el Pueblo Gitano se ha convertido en símbolo de verdadera resistencia. El 8 de abril de 1971 nuestro pueblo demostró su unidad y determinación en el Primer Congreso Mundial Gitano, y siendo conscientes de la importancia de este acontecimiento, en 1990 en el Cuarto Congreso Internacional Gitano que tuvo lugar en Polonia, se decidió establecer este día como fecha internacional de nuestro Pueblo. No es hasta 2018, tras años de intenso trabajo y reivindicaciones de las organizaciones gitanas, cuando en España el Consejo de Ministros aprueba el reconocimiento del 8 de abril como el Día Internacional del Pueblo Gitano, el uso de la bandera gitana y el Gelem-Gelem como himno para su uso en actos institucionales y símbolos identitarios del Pueblo Gitano.
Desde entonces, nuestra gente sigue lidiando día a día con estereotipos y actitudes antigitanas, que van desde miradas de atención en tiendas y centros comerciales, como el caso de Primor en Bilbao que tuvo lugar en septiembre de 2022, pasando por canales de YouTube en los que se nos criminaliza gratuitamente, hasta pogromos como los de Peal de Becerro e Íllora.
A pesar de todo, nos gustaría también celebrar los avances que se han conseguido tras años de lucha, tales como, que el antigitanismo esté reconocido como delito de odio en el código penal, el nuevo Pacto de Estado contra el Antigitanismo, los Consejos del Pueblo Gitano que se han puesto en marcha en diferentes Comunidades Autónomas, las nuevas medidas que se están proponiendo y adoptando desde la Unión Europea para garantizar una vida digna a la Población Rromaní.
Con este balance en frente, nos gustaría reclamar que no podemos ni debemos permitir que la memoria de quienes lucharon para que nosotros y nosotras sigamos existiendo caiga en saco roto. Podemos ver que celebrar nuestra existencia, nuestra rebeldía y nuestra resistencia frente al acoso, nos ha llevado a conseguir algunos pequeños avances.
Seguimos reivindicando el reconocimiento Institucional del Pueblo Gitano y un Estatuto de Autonomía Cultural, que nos equipare social, económica y políticamente con el resto de Pueblos que forman el Estado Español.
Sabemos que nos queda camino por recorrer, y sabemos que será un camino difícil, si lo recorremos unidas y unidos, las cargas serán más llevaderas. Que este 8 de abril sea un 1971, que suponga un antes y un después en nuestra historia, y que sigamos caminando juntas y juntos.
Yo tengo los ojos marrones, y tú, los tienes verdes, pero vemos lo mismo. Lo vemos todo igual pero lo vivimos diferente. Tu gente es fuerte; la mía es vulnerable porque no tenemos ni ciencia ni memoria. Quizás mejor así. Si las gitanas tuviéramos memoria, moriríamos de angustia.
-Papusza-